Wednesday, March 22, 2017

Rector de la UMSA LUIS ESPINAL MÁS PRESENTE QUE NUNCA

A estas horas, hace 37 años, un 21 de marzo como hoy, paramilitares ya habían procedido al secuestro del padre Luís Espinal, luego de esperarlo en las inmediaciones de su domicilio, zona de Miraflores, para introducirlo por la fuerza en un vehículo y trasladarlo al matadero municipal de la zona de Achachicala, la sesión de tortura se prolongó por varias horas para posteriormente culminar el crimen de lesa humanidad asesinándolo cobardemente, dejando su cuerpo sin vida en un basurero de la zona de Villa de las Nieves, la madrugada del 22. Era la respuesta de los sectores más reaccionarios y perversos de la sociedad boliviana, encaramada por entonces en la cúpula de las Fuerzas Armadas, ante a la voz denunciante de un rebelde sin pausa, de un sacerdote defensor de los derechos humanos que había aprendido a combinar perfectamente la causa de Dios con la de un pueblo. Lo que no calcularon sus asesinos es que a través de este crimen Lucho se volvía inmortal, sólo así se explica que, a 37 años de su desaparición física, varias generaciones, los que lo conocimos y los jóvenes de hoy, lo sigan nombrando y enarbolando los principios que sostenía. Fue su valentía, espíritu combatiente, amor a su pueblo y profundas convicciones religiosas las que inspiraron sus “oraciones a quemarropa” donde resalta la importancia de gastar la vida de uno mismo para invertirla en los demás o aquellos momentos donde le pide a Dios que le libre de la prudencia cobarde que le hace buscar el sacrificio y la seguridad. El crimen quedó en la impunidad porque al Estado nunca le interesó hacer justicia, pero por encima de esa omisión imperdonable de más de tres décadas y media de democracia, queda la imagen, el mensaje y el recuerdo de un hombre que continuará por muchos años inspirando la lucha de un pueblo por su verdadera liberación y la construcción de un país de iguales. Subsiste la obligación de seguir sus pasos, interpelando a todos los que desde el poder conculcan derechos. Luis Espinal sigue viviendo en la mente y el corazón de mujeres y hombres que aún no perdieron la dignidad y continúan soñando con una Bolivia diferente.
La Paz, 21 de marzo de 2017
WALDO ALBARRACÍN SÁNCHEZ

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